jueves, setiembre 01, 2011

Si así empezó, cómo terminará…

El Campeonato Uruguayo arrancó bien caliente: puñetazos, quejas, denuncias, mordiscones, traiciones, técnicos echados, presiones, colchones mojados y barro. Y esto recién comienza...

Con apenas tres fechas disputadas, lo que se ha visto en las canchas y en el ambiente del fútbol doméstico parece indicar que el Campeonato Uruguayo será un certamen caliente. El clima del arranque del Apertura es más propicio al del tramo final del Clausura, cuando las papas queman y los equipos juegan puntos decisivos por el título, las copas o la permanencia.

Puñetazos, quejas, denuncias, mordiscones, traiciones, técnicos echados, presiones, colchones mojados y barro. Tanto jugadores como dirigentes han demostrado que no darán nada por perdido.

La primera fecha del certamen tuvo como mancha la agresión del volante de Wanderers, Diogo, al juez de línea Fernando Ríos. Al jugador brasileño se le fue la moto, le dio un puñetazo al asistente, fue expulsado y estará casi todo el torneo sin jugar. Arranque al rojo vivo.

Este domingo, hubo otro acto de violencia, un poco más grotesco que el del marcador bohemio. El delantero argentino de Rampla, Nicolás Guevara, discutió con Federico Vega de Racing y para sacarse la bronca le propinó un mordiscón que fue visto por el juez del encuentro. El atacante, que había hecho un lindo gol, cerró su jornada con un roja.

Las actuaciones de los jueces también han sido puestas en consideración debido a algunos fallos inadmisibles: fueras de juegos increíbles -inclusive uno cobrado tras un lateral-, expulsiones inexplicables y otros yerros. Nacional puso el grito en el cielo y se presentó ante el Colegio de Árbitros para denunciar: que fueron perjudicados en el encuentro ante Defensor Sporting (por la roja a Alexander Medina), que el partido ante Cerro no se debió jugar por la lluvia y también para cuestionar la actuación referil Cerro Largo-Peñarol, por entender que la terna favoreció a su eterno rival. Presión alta.

Lo del último fin de semana fue otra perla en este collar negro. Las torrenciales lluvias que cayeron no fueron suficientes para que la AUF suspendiera la jornada y la Mesa Ejecutiva le pasó la pelota a los jueces para que decidieran si jugaban sobre la hora del partido. En el Tróccoli se disputó un juego en condiciones anormales, al igual que en el Ubilla de Melo, donde recurrieron a colchones para que –a modo de esponja- absorbieran el agua anegada. Una imagen lamentable que ojalá no haya recorrido el mundo.

En cancha de Cerro hubo otro episodio insólito antes del comienzo del partido. Hinchas bolsos y de los villeros se enfrentaron por una bandera que los primeros le habían arrebatado a los locales tras saltar uno de los alambrados que separaban a las tribunas. La lluvia era tanta que los efectivos policiales demoraron en reaccionar debido a que estaban reguardados de la tormenta bajo el túnel por el que salen los equipos…

Otro indicio de que no hay tiempo que perder fue la pimera expulsión de un director técnico. Tras tres partidos sin sumar unidades, El Tanque Sisley se cansó y cesó a Ruben “Polillita” Da Silva, quien abrió la lista de víctimas en la lucha para zafar por el descenso. Su lugar fue ocupador por Raúl Moller.

Como si fuera poco, en estas primeras semanas de fútbol se desencadenó una novela con ribetes dramáticos y por momentos policiales: “El caso Nicolás López”. El empresario-representante Pablo Bentancur se llevó a Italia a la juvenil promesa de Nacional a quien le prometió un futuro mejor para él y su familia debido a que había firmado un contrato “leonino” con los albos. Desde la sede de 8 de Octubre hicieron sentir su bronca con el contratista peruano, quien dijo estar en guerra con Ricardo Alarcón y compañía. ¿Vendetta? El drama aún no ha llegado a su fin.

Así arrancó el Campeonato Uruguayo, bien cargado, y eso que seguramente nos estamos comiendo algún otro fenómeno paranormal ocurrido en estas tres etapas. Si así empezó, cómo terminará.

http://www.twitter.com/sebaamaya
Foto: web de Nacional